El reciente apagón eléctrico ocurrido en España el pasado 28 de abril ha generado un profundo impacto en el mercado de energías renovables. Aunque a primera vista podría parecer un evento aislado, lo cierto es que está provocando un cambio de enfoque por parte de inversores, promotores y operadores del sector.
Este nuevo contexto acelera el interés por soluciones de almacenamiento energético, proyectos hibridados y activos más sofisticados desde el punto de vista técnico, al tiempo que introduce nuevas variables en las operaciones de compraventa y financiación de activos renovables.
Un contexto de incertidumbre, pero también de oportunidad
El apagón ha puesto de manifiesto algunas debilidades estructurales del sistema eléctrico español, especialmente en lo que se refiere a su capacidad para integrar grandes volúmenes de generación renovable sin poner en riesgo la estabilidad de la red. Este hecho ha generado incertidumbre regulatoria a corto plazo, pero también ha despertado el interés por tecnologías y modelos que aporten mayor fiabilidad al sistema.
Los fondos e inversores están evaluando con más atención el tipo de activos en los que invertir. Se priorizan cada vez más los proyectos capaces de aportar estabilidad, inercia de red o almacenamiento, frente a las operaciones puramente basadas en generación no gestionable.
El valor de los activos renovables tras el apagón
Francisco Solchaga, socio del área Mercantil y experto en energía de Araoz & Rueda, señala que el precio de los proyectos sigue estando fuertemente influido por dos factores clave: las curvas de precio de venta de la energía, y las expectativas de los promotores respecto al valor de sus activos.
Según explica, la presión a la baja de los precios ha ajustado el valor de mercado de muchos activos, lo que está facilitando el regreso de numerosos compradores. En su opinión, el apagón no debería generar una caída en los precios ni un retraimiento del interés comprador, siempre que los activos estén correctamente valorados y respondan a las nuevas exigencias técnicas del mercado.
Proyectos hibridados y con almacenamiento: los grandes beneficiados
Uno de los efectos más relevantes del apagón es el creciente interés del mercado por los proyectos que incorporen almacenamiento energético o hibridación (por ejemplo, solar más baterías, o eólica más compensadores síncronos). Este tipo de activos está ganando valor por su capacidad para garantizar una mayor firmeza y estabilidad a la red.
Solchaga destaca que los desarrolladores pueden aprovechar esta tendencia para aumentar el valor de sus proyectos, especialmente si se venden con posibilidad de hibridación. Si bien aún es pronto para cuantificar cómo se trasladará este valor añadido a los precios, el apetito inversor por este tipo de soluciones es creciente.
Efectos a corto plazo en los precios de la energía y los PPA
Otra de las consecuencias que podría derivarse del apagón es un aumento en el precio de la energía a corto plazo. Esto se debería a una mayor entrada en el mercado de tecnologías gestionables como la hidráulica, el gas o incluso la nuclear, lo que implicaría precios más altos en los mercados mayoristas.
Este escenario puede ser positivo para los proyectos renovables, ya que se traduciría en mayores rentabilidades, mejora en las condiciones de los PPA (Power Purchase Agreements) y un incremento del interés de la banca por financiar este tipo de activos.
Riesgos: politización del debate y oposición social
Pese al contexto de oportunidad, Francisco Solchaga advierte también de algunos riesgos asociados a este nuevo entorno. En particular, la politización del debate entre renovables y tecnologías convencionales como la nuclear puede dañar la imagen del sector y reactivar la oposición social a determinados proyectos.
En este sentido, el socio de Araoz & Rueda recomienda evitar enfoques ideológicos en la regulación y priorizar una planificación técnica que permita avanzar hacia un sistema energético más robusto, flexible y seguro.
Conclusión: una transición hacia proyectos más sólidos y sofisticados
El apagón eléctrico ha servido como recordatorio de la necesidad de reforzar la red y avanzar en soluciones de almacenamiento energético. Lejos de frenar la actividad, está reconfigurando las prioridades del mercado, favoreciendo los proyectos con valor añadido y mayor fiabilidad.
Francisco Solchaga, socio de nuestro departamento de energía, comenta en sus declaraciones para un artículo en El Economista: «El precio de las operaciones sigue muy influenciado básicamente por dos factores: las curvas de precio de venta de la energía y el precio al que los promotores están dispuestos a vender. La presión de las curvas a la baja ha provocado que los precios de los proyectos hayan bajado de manera relevante y que muchos compradores hayan vuelto al mercado. No creemos que el apagón impacte en una reducción de los precios (más bien al revés), ni en la falta de interés en comprar si el precio es interesante»
«Los desarrolladores tienen una oportunidad de aumentar el precio de los proyectos hibridándolos o vendiéndolos con la posibilidad de hibridar. Esos proyectos van a tener más valor tras el apagón y van a ser más demandados. Está por ver cómo se refleja en precios este valor añadido, que en muchos casos va a ser una expectativa o un proyecto en estado embrionario»
«A corto plazo, hasta que no se planifique y se implemente una solución, el apagón llevará a que se incremente el porcentaje de tecnologías gestionables que entren desde el primer momento en el pool (nuclear, gas e hidráulica), lo que hará que aumente el precio de la energía, lo que es bueno para los proyectos, aumenta su rentabilidad, subirán los precios de los PPA y mejorará la visión de los bancos sobre los ingresos futuros. Esto hará los proyectos más atractivos y pudiera aumentar su precio a medio plazo. Por el contrario, la discusión entre renovables y nuclear, con una alta carga ideológica, perjudicará a la imagen de las renovables y nos devolverá a tiempos pasados. Puede aumentar la oposición a los proyectos y aumentar la litigiosidad»
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